[icon name=»book» class=»fa-2x fa-pull-left»]Instituto Europeo para la Equidad de Género. Effectiveness of Institutional Mechanisms for the Advancement of Gender Equality. Review of the Implementation of the Beijing Platform for Action in the EU Member States. Report. Luxemburgo, Oficina de Publicaciones de la Unión Europea, 156 págs., 2014. Ref. 503610.
La IV Conferencia Mundial sobre las Mujeres, celebrada en Pekín en 1995, culminó con una declaración que señalaba las prioridades internacionales en materia de igualdad de género. Los países miembros de la Unión Europea suscribieron este documento, comprometiéndose así a implementar los objetivos estratégicos establecidos en él.
Pasados veinte años desde aquel acuerdo histórico, que colocó la equidad entre mujeres y hombres en la agenda internacional, el Instituto Europeo de la Igualdad de Género (EIGE) evalúa en este informe el grado en que las instituciones comunitarias y de los Estados miembros han dado cumplimiento a dichas obligaciones.
La igualdad de género ha perdido prioridad política, se está diluyendo en estrategias contra la discriminación en general
En el análisis se utilizan cuatro indicadores:
- El estatus jurídico de los organismos de promoción de la igualdad de género.
- Los recursos humanos dedicados a este fin.
- La transversalidad de las medidas puestas en marcha.
- La elaboración y difusión de estadísticas segregadas por sexo.
Se ha optado por una metodología mixta, que combina la revisión documental, una encuesta en línea a especialistas en igualdad de género que asesoran en esta materia a los Gobiernos europeos, y finalmente, entrevistas semiestructuradas a representantes de asociaciones de mujeres de los 28 Estados que eran miembros de la Unión Europea en el momento de llevarse a cabo el estudio.
El informe se muestra bastante crítico con lo que, a su juicio, supone una clara deriva en las políticas europeas sobre igualdad de género de los últimos años. En lo que se refiere a los instrumentos de las políticas, los principales organismos responsables de la igualdad de género apenas han visto incrementado su estatus administrativo, si bien ha crecido el número de organismos públicos con responsabilidades en este ámbito, así como el número de países que cuentan con planes de acción específicos. Lamentablemente, sólo cinco Estados mantienen entidades independientes dedicadas en exclusiva a la equidad de género.
Por su parte, los recursos humanos asignados al organismo principal que vela por la igualdad de género no se han incrementado desde 2005. Otro dato negativo es la falta de rendición de cuentas en este sentido, pues sólo doce países declararon el número de personas que trabajaban en tales entidades. En lo que respecta a la transversalidad de la igualdad de género, se constata que cada vez son más los países comprometidos con este objetivo y que casi todos cuentan con estructuras para alcanzarlo. En cambio, en catorce de ellos no hay obligación legal de realizar evaluaciones de impacto de género o de utilizar presupuestos de género. Además, el documento reclama aumentar la formación de los agentes sociales en torno al género.
Por lo que respecta al cuarto indicador, el informe pone de relieve que dos terceras partes de los socios europeos se han comprometido a recoger datos estadísticos desagregados por sexo, y que dos de cada diez tienen webs especializadas en estadísticas de género. No obstante, pocos Gobiernos estatales se encuentran obligados por ley a publicar estadísticas desagregadas por sexo. El Instituto Europeo de la Igualdad de Género (EIGE) concluye que la igualdad de género ha perdido prioridad política y se está diluyendo en estrategias contra la discriminación en general. Como consecuencia de ello, se está perdiendo el enfoque estructural y transversal (gender mainstreaming) que se le dio a estas políticas en la conferencia de Pekín.