Jóvenes y empleo: panorama global pesimista

[icon name=»book» class=»fa-2x fa-pull-left»]Megías, I. y Ballesteros, J. C. Jóvenes y empleo, desde su propia mirada. Madrid, Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud; Madrid, Fundación de Ayuda contra la Drogadicción, 330 págs., 2016.

En 2016, la tasa de desempleo entre los y las jóvenes de 16 a 19 años era del 64,1% en España, frente al 21% entre la población en su conjunto. De hecho, desde finales de los años ochenta el paro juvenil viene duplicando al paro general. Entre los factores de riesgo de desempleo, se hallan la configuración de un mercado de trabajo segmentado y sustentado en puestos precarios, así como las altas tasas de abandono escolar. Ante esta situación, ¿qué opina la juventud? Mediante un sondeo realizado a una muestra de 2.013 jóvenes de entre 16 y 29 años, los autores del presente informe analizan la visión de este grupo etario en torno a diferentes dimensiones del empleo.

Según la encuesta, el nivel de estudios marca las expectativas respecto al mundo laboral. Los y las jóvenes con estudios superiores —y en menor medida, de formación profesional (FP)— son mucho más conscientes del potencial de los estudios para encontrar trabajo ―así lo afirman el 70% de los y las universitarios/as y el 54% de quienes han estudiado FP, frente al 40% de quienes están en enseñanzas básicas―. También el mayor o menor optimismo y ajuste entre expectativas y empleo está vinculado al nivel socioeconómico, de manera que quienes residen en las zonas socioeconómicamente más desfavorecidas son mucho más pesimistas y viven más dramáticamente el desajuste entre las exigencias del mercado y su preparación. En cuanto a la preparación que otorgan los estudios, el 62% de quienes poseen o están cursando estudios universitarios declaran que estos les servirán mucho o bastante para encontrar un trabajo, porcentaje que sube hasta el 67,5% entre el alumnado de posgrado, siendo quienes han cursado una FP el grupo que más piensa en estos términos (76,6%). En sentido inverso, el 76% de la juventud que no ha superado el nivel de secundaria piensa que estos estudios no son adecuados al mercado de trabajo.

Casi uno de cada dos jóvenes cree que tendrá menores oportunidades que sus padres para la integración laboral. En cuanto a las aspiraciones en relación con el puesto de trabajo, el 72% pide un trabajo estable, y el 30%, que proporcione ingresos justos. Casi la mitad de los jóvenes (49%) consideran que, en los próximos dos años, las condiciones del empleo en España seguirán igual, es decir, mal, mientras que un 13% aventura que empeorarán.

La juventud prevé un futuro cuando menos difícil, al tiempo que una buena proporción se esfuerza en conseguir escapar mediante la formación de un destino generacional bastante negativo. Los y las jóvenes creen que la preparación y la especialización puede ser lo único que les permita una inserción normalizada, y opinan que las instituciones públicas y el tejido empresarial se preocupan poco por ellos. Sin embargo, casi 3 de cada 4 personas entrevistadas admiten tener escaso o ningún conocimiento sobre programas de formación empresarial puestos en marcha por las administraciones. Los autores concluyen que, debido a que la crisis gravita de forma diferente sobre los distintos grupos, se impone evitar el incremento de la brecha de desigualdad.