[icon name=»book» class=»fa-2x fa-pull-left»]Filippidis, F. et al. Two-year trends and predictors of e-cigarette use in 27 European Union member states. Tobacco Control, serie Online First, págs. 1-7, 2016.
Existe la creencia generalizada de que el uso de cigarrillos electrónicos está principalmente motivado por el deseo de dejar de fumar el tabaco tradicional, pero en realidad, ¿es ésta la principal causa para iniciarse en su consumo? Los autores del artículo que a continuación se reseña analizan la prevalencia del consumo de cigarrillos electrónicos en los 27 países miembros de la Unión Europea, la percepción que las personas fumadoras tienen sobre sus riesgos y los factores sociodemográficos que inciden en su consumo. El objetivo de los autores es ofrecer datos cuantitativos sobre el consumo de este producto que puedan influir en la toma de decisiones sobre su regulación ―como la prohibición o no de fumar en lugares públicos, o la aplicación de sanciones por su uso en determinados espacios―, así como en la percepción que sus consumidores tienen sobre los riesgos asociados.
Según los datos de dos Eurobarómetros realizados en 2012 y 2014, el consumo experimental de cigarrillos electrónicos entre la población europea se incrementó del 7,2% al 11,6%. La encuesta de 2014 evidencia que el consumo ocasional variaba ampliamente entre los diferentes países, oscilando entre el 5,7% de Portugal y el 21,3% de Francia. Asimismo, en el Eurobarómetro de 2014 aproximadamente una de cada siete personas encuestadas que habían probado los cigarrillos electrónicos se definía como consumidora habitual de este producto.
* Nivel de confianza: 95%.
En cuanto a la percepción del riesgo, la proporción de personas encuestadas que consideraban perjudiciales los cigarrillos electrónicos aumentó de un 27,1% en 2012 a un 51,6% en 2014, salvo en Grecia y Hungría, donde no se observa esta tendencia y el incremento apenas fue significativo. Entre las causas asociadas al consumo de este producto, sale la de ser fumador habitual u ocasional, hecho que aumenta de manera significativa las probabilidades de haberlo probado. Factores como ser joven (entre 18 y 24 años), vivir en zonas urbanas y tener un alto nivel educativo están también asociados a una mayor posibilidad de haber probado los cigarrillos electrónicos.
El análisis de los datos de las dos encuestas europeas permite extraer algunas conclusiones. En primer lugar, llama la atención que, si bien la percepción sobre los efectos negativos en la salud de los cigarrillos electrónicos aumenta, también lo hacen los niveles de consumo ocasional. Asimismo, los datos evidencian que aquellos que se iniciaron en su consumo para dejar de fumar o para evitar las sanciones que regulan el consumo de tabaco son más proclives a convertirse en fumadores habituales de cigarrillos electrónicos. Por otro lado, es destacable también el hecho de que la proporción de jóvenes y adultos que aseguran haberlos probado varíe considerablemente en los diferentes países europeos. Estas diferencias pueden explicarse, en parte, por la diferente prevalencia de consumo tabáquico en los países miembros de la UE, si se considera, tal y como han evidenciado los datos, que los fumadores tienen mayores probabilidades de convertirse en fumadores ocasionales o habituales de cigarrillos electrónicos. Además, otro de los factores que inciden en su consumo es que se consideren productos que ayudan a dejar de fumar, por lo que su consumo ―tanto ocasional como habitual― es mayor entre quienes desean abandonar ese hábito. Para concluir, los autores señalan la necesidad de investigar el consumo de cigarrillos electrónicos a escala nacional con el fin de ahondar en las causas de su consumo y que las autoridades competentes puedan actuar en consecuencia.
[icon name=»bookmark» class=»fa-2x fa-pull-left»]Conoce más documentos relacionados con los cigarrillos electrónicos en la bibliografía temática elaborada por el SIIS Centro de Documentación y Estudios.